Fue el deseo pasión enamorada
entre locos vestidos de esperanza;
dos lágrimas de miel, la misma almohada
y un sueño que alumbró la luna mansa.
La noche se acunó sobre una oleada
de besos ofrecidos sin medida,
abrazos a granel, la piel aliada
en gotas de sudor humedecida.
La cama se hizo nido de repente;
dos vidas en retoño amalgamadas.
Perfume a corazón temblando a dúo
el sumo del amor en sus miradas.
Supieron de semilla floreciente
gestada en lo profundo del anhelo,
futura bella flor prendida al vientre
brotada como tímido arroyuelo.
Una siesta a la vera del camino,
torbellino de dudas encendidas,
montañas de alegrías y pesares
pintadas a su cruz de buscavidas.
Sobre aquel lecho tibio y venturoso,
después de amarse al filo de la pena,
rodearon un milagro delicioso…
Tres Almas asomaron a la escena.