Amanecía en las calles un día seis de enero...
con sueños desvelados despiertan a la par
un muro de purretes con un juguete nuevo
traído por los Reyes Melchor o Baltasar.
Con su muñeca en brazos, con trapos fabricada,
su único regalo, “no había para más”...
contempla Mirelcita las cosas que soñara,
en manos do otros niños que juegan más allá...
Mamita…
por qué Mara Cristina
tiene tantas cosas lindas
si bien nunca se portó...
A Cachín los Reyes Magos
le trajeron un trencito
con vías y... ¡qué sé yo!...
Abuelita Catalina
tantas veces me contó
que a los niños que son buenos
los Reyes premian mejor...
Mira como juca Elina
con su muñeca Fan-Fan...
es con pilas... y camina...
y también dice ¡Mamá!...
Usted... señor, que sabe si sufren estos niños
que nunca recibieron por pobres, lo mejor,
reserve el tren “a pilas” y la “número cinco”,
también la bicicleta y el súper auto sport.
¡Son tantos en el año los días que uno puede
llegar con el juguete que tiene gran valor!...
Con un presente humilde juguemos a los Reyes...
¡a usted señor lo pido con todo el corazón!...