¡Cuántas veces, llorando tu ausencia estoy!
¡Abatida por tanta amargura!
Qué he de hacer con ese pensamiento que hoy
me reprocha, ¿por qué fui perjura?
¡Sí!
¡Yo no comprendí a tu amor!
¡Nunca escuché tu lamento!
¡Sin saber que el arrepentimiento
me mataría con su dolor!
Pido que escuches…
¡este sentido lamento!
Y te prometo
¡que jamás te he de abandonar!
¡Ahora comprendo…
que mi amor era tan profundo
que en este mundo
solo a ti podré amar.